Hillary Clinton, la Secretaria de Estado de Obama es la mamá número uno. «Me siento muy aliviada de estar en esta etapa de mi vida», afirmaba hace unos días. A pesar de su apretada agenda, Clinton siempre ha priorizado su familia. Durante los ocho años en los que fue primera dama apoyó y acompañó a su marido en todo momento. Incluso cuando los escándalos de infidelidad llegaron al Despacho Oval. Ahora vuelve a ser la mano derecha del Presidente, pero eso no le impidió ayudar a su hija Chelsea en la organización de su boda.
La lista está compuesta por veinte mujeres que, igual que Clinton, son madres antes que trabajadoras pese a tener puestos de gran responsabilidad. Un ejemplo son Indra Nooyi, ejecutiva de PepsiCo, que siempre coge el teléfono a sus hijos (incluso en medio de reuniones) o Sheryl Sandberg, jefe de operaciones de Facebook quien llega todos los días a casa a la hora de cenar. Ocupan los puestos 3 y 4 respectivamente.
En el número catorce de la lista aparece la cantante Beyoncé, mamá de Blue Ivy Carter. La cantante paseó su embarazo por los escenarios y compartió fotos de ella con su retoño. Pese a que sólo hace cinco meses que nación, Beyoncé ya está totalmente recuperada y asiste impecable a las alfombras rojas.
Entre las madres más conocidas también destacan Dilma Rosseff (número dos), presidenta de Brasil; Michelle Obama (número 7), primera dama de Estados Unidos; o Cristina Fernández de Kirchner (número 13), presidenta de Argentina. Esto es el reflejo de la evolución de la sociedad y de la cantidad de «superwomen» anónimas que hay en el mundo.
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